miércoles, septiembre 20, 2006

Internet : oportunidad para unos, una carencia más para otros.

Cada día nuevos usuarios se incoporan a Internet. El acceso creciente parece ser ilimitado. Pero esta gran captación puede llevarnos a caer en un engañoso panorama.

Si bien es cierto que los usuarios llegan asiduamente, los motivos que los conducen son múltiples. Las causas pueden ir desde aspiraciones académicas hasta ganas de entretenimiento. Debemos ser conscientes de la existencia de muchos públicos dentro de la red. Es un error referirnos a la masa consumidora como un ente homogéneo e indivisible.

Siento que muchas veces el discurso tecnológico no advierte estas diferencias. Nos habla como si existiera un modelo común de usuario, medianamente en contacto con las exigencias de los medios.

En el tercer mundo se desvirtúa aún más esta imagen del usuario promedio. Las brechas sociales tan añejas como las repúblicas mismas, se trasladan también al acceso tecnológico.
El sector de la población al que le es esquivo el acceso a oportunidades económicas, sociales, culturales, ahora le suma una nueva falta: la oportunidad tecnológica.

El reclamo a mayores oportunidades es una demanda social casi generalizada en nuestro país. La tecnología en este contexto parece ser vista como una exigencia más dentro de ese ramillete de carencias. Pero no advertimos las posibilidades que podrían brindarnos los recursos tecnológicos para la solución. Detrás del pedido a un mayor acceso a la tecnología está el reclamo a obtener mejor y mayor información.

Sin embargo el problema no se resolvería sólo con la implantación de conexiones a Internet. Eso sería caer en una solución simplista. Si bien la difusión de la información es importante, muchas veces no diagnosticamos rasgos previos que condicionan y priorizan otras necesidades. La falta de un diagnóstico ha sido un continuo error en nuestra sociedad. Por ello no hemos podido establecer de manera efectiva lazos comunicativos entre las realidades menos alejadas de la ciudad y la tecnología.

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La situación es distinta para aquellos que estamos insertos en la red. A pesar de las diferencias de acceso, las nuevas tecnologías en sí parecen brindarnos mejor que nadie (en este momento) posibilidades democratizadoras. Las oportunidades para los que están dentro son casi similares. El desarrollo de nuevas formas de comunicación e información ha originado que los ciber- ciudadanos implanten una estructura casi horizontal. Este nuevo espacio virtual creado por la tecnología parece acercarse al modelo idóneo de democracia. “¿Se encuentra tal vez al alcance de nuestra mano el ideal mil veces perseguido de democracia directa?” (Stefano Rodotá)

Dentro de este nuevo terreno se ha creado una realidad paralela. Donde los hombres parecieran tener mayores libertades y facultades expresivas. Existe un hecho aún más relevante que diferencia a este espacio de la democracia representativa de nuestras sociedades: la ausencia de un intermediario.

Las nuevas tecnologías además proponen una democracia continua, en donde la autorepresentación del individuo se pueda manifestar en cualquier momento. En este nuevo modelo la participación ciudadana resulta protagónica. Tenemos una mayor presencia y por ende podemos ser mejores vigilantes de los cambios. La red es el sistema elegido donde se establecen estas nuevas relaciones. La figura de la red es simbólica: no admite miradas al centro. Todo está organizado por una interrelación constante.

La nueva comunicación facilita el intercambio inmediato de información. Los tiempos de respuesta se acortan debido a la eliminación de mediaciones. Justamente lo innovador de la propuesta de Internet (además de la interacción) es la fácil disposición a la información. Esto no puede ser de otra manera. Todo proceso que se dice democrático tiene como uno de sus primeros pasos el acceso informativo.

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En los países tercermundistas las contradicciones son las que reflejan mejor las situaciones. El Peú es el segundo país de Latinoamérica con cabinas públicas de Internet. Sin embargo el uso que el consumidor promedio le brinda se va en chats, mail o juegos en línea. No es estamos aquí para debatir sobre los usos correctos. No podemos estancarnos. Debemos abrir nuestros horizontes y aprovechar las oportunidades que Internet nos brinda. Dicen que un nuevo lenguaje ya convive con nosotros. La era virtual ha llegado. El periodismo se viene reinventando. Creo que lo cambian son los modos, mas no los conceptos. Debemos generar nuevos propuestas sin buscar crear algo originario, fundacional. Ello si se da, vendrá por añadidura. No debe estar en cuestión la obsolecencia de unos medios y la vitalidad de otros. Las comparaciones siempre son odiosas y muchas veces malintencionadas.

Oscar Bermeo